martes, 11 de septiembre de 2012
Actividad 5. Fotografía: Arte y Documento
DEMOCRACIA DISFUNCIONAL.
El pasado 2 de Julio para muchos representaba una esperanza, una posibilidad, un resurgimiento. Tras setenta años sumergidos en un régimen político con un control absoluto de las instituciones y de los medios de comunicación (que si bien en estas elecciones se presentaba con una nueva cara, a todas luces seguía manteniendo las mismas viejas prácticas populistas y corruptas) y una supuesta alternancia que nos dejo los rezagos de una guerra fallida, en la cual jamás se nos cuestiono si queríamos participar. El país parecía no querer más de lo mismo, no deseaba el regreso de aquellos que durante 70 años nos habían mantenido en la miseria, el rezago social y el autoritarismo. Pero tampoco deseaba un sexenio lleno de duelo, violencia y caos como el que se había vivido durante el último periodo presidencial. La inconformidad no se hizo esperar y meses antes de las elecciones ya se podía notar el descontento social, el surgimiento del movimiento Yo Soy 132, las movilizaciones civiles, la organización de los diversos sectores mediante las redes sociales, no eran más que un reflejo del hartazgo social que se estaba viviendo, el grito desesperado de un país que había permanecido callado por mucho tiempo, pero que ya no estaba dispuesto a callar más. Sin embargo, y pese a todos los esfuerzos que un sector social (predominantemente educado políticamente) hizo para impedir el retorno del viejo régimen priísta, la decisión era inminente y parecía haberse tomado mucho antes de las elecciones, por poderes totalmente externos a los ciudadanos. La compra de votos, el exceso de gastos de campaña, la injerencia del duopolio televisivo , y las encuestas utilizadas como propaganda política, no bastaron para invalidar la elección, tales pruebas no resultaron argumento suficiente para los magistrados del TRIFE, quienes finalmente le entregaron la constancia de ganador al candidato del tricolor. No obstante una parte del pueblo de México, parece haber perdido su ingenuidad a través de las experiencias fraudulentas que se han padecido en comicios electorales anteriores (1988 y 2006), en los cuales, a pesar de que oficialmente los ganadores han sido aprobados por las instituciones, la ciudadanía nunca los ha reconocido y siempre ha dudado de su legitimidad. En estas elecciones la historia se repite, no se habían aceptado las predicciones de quien sería el ganador de la elección antes de los comicios, no se aceptaron los resultados el día de la elección y tampoco se reconoce el fallo de TRIFE. La ciudadanía lo expresa, se manifiesta, lo corea, lo grita “Peña entiende el pueblo no te quiere”, y sigue resistiéndose a que esa sea la determinación final.
Coincido con Ferdinando Scianna, toda fotografía documenta algún momento específico de la historia, algún punto en el tiempo, algún contexto histórico, político, social. La fotografía desde mi perspectiva es un medio mediante el cual podemos mostrar un fragmento de la realidad, más no la realidad tal cual es.
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